"Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe”. 1 Juan 5:4
Estamos en la tercera semana del ayuno. Nuestra semana final. Creemos que Dios va a hacer algunas cosas únicas entre nosotros esta semana. Sigan adelante.
Hoy estamos orando juntos por el gozo y la victoria.
El gozo es la certeza de que Dios tiene el control de todos los detalles de tu vida, la confianza tranquila de que, al final de todo, todo va a estar bien, y la determinación de elegir alabar a Dios en cada situación.
El enemigo persigue tu fuerza a través del desánimo y los sentimientos depresivos persistentes, la fuerza que se encuentra en el gozo del Señor.
El enemigo sabe que debe robar tu gozo para derrotarte.
No quiere enfrentarse a ti y encontrarte con fuerza; busca explotar la debilidad. Como sabe que el gozo del Señor es tu fuerza como creyente, busca robar tu gozo.
Así que elegir el gozo no es “algo agradable de tener" si puedes. Es un principio poderoso. Si el enemigo no puede robar tu gozo, no podrá lograr derrotarte. ¡Tú tendrás la victoria! En el momento en que David comenzó a animarse en el Señor y a recuperar su gozo, se posicionó en una trayectoria para dar un giro a toda su situación.
El gozo no es sólo un estado emocional preferido; es un elemento necesario para alcanzar la completa recuperación y la victoria. Y no es algo que se pueda fingir. Es un gozo que está anclado en Cristo y en todo lo que tenemos en Él. Las circunstancias pueden ser inquietantes, pero Cristo y todo lo que Él ofrece sigue siendo el mismo.
"Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte". Santiago 1:2-4
Tengan por sumo gozo.
La palabra traducida "tengan" es hegeomai. Es un término de la contabilidad que significa que debemos colocar las pruebas en la columna del gozo de nuestro libro de contabilidad emocional.
Hegeomai también significa "gobernar o ejercer autoridad".
Así que cuando te encuentres siendo empujado hacia una prueba o desánimo, puedes traer todo ante Dios y ser emocionalmente honesto ante Él, entonces puedes tomar autoridad y elegir gozo como tu emoción dominante.
La celebración en medio de la destrucción y la desesperación no es un escapismo; somos nosotros mismos declarando que nuestra fuerza se encuentra en Dios, no en nuestras circunstancias.
La noche antes de morir, Jesús compartió una última cena y una conversación con sus discípulos. Ellos no entendían que Jesús estaba a punto de morir, pero Jesús sabía que su tiempo era corto e iba de camino a la cruz.
Jesús consoló a sus discípulos y les animó a no preocuparse. Les aseguró que, aunque se iba, volvería por ellos.
En ese momento, mientras se preparaba para soportar un dolor inimaginable, traía en mente la cosa más descabellada. Estas fueron sus últimas palabras a sus seres queridos:
"Les he dicho estas cosas para que se llenen de mi gozo; así es, desbordarán de gozo". Juan 15:11
A Jesús le preocupaba nuestro gozo. Quería que su gozo estuviera en nosotros. Y que desbordaríamos de ello.
Deja que esa verdad profundice en tu corazón. En el colmo de su propia agonía, Su amor deseaba tu gozo.
Tu gozo le importa. Tu gozo estaba en su mente. Y Él sigue preocupado por tu gozo.
Creemos que vas a encontrar un profundo gozo en Su presencia esta semana.
"Me has hecho conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con Tu presencia.” Hechos 2:28 (NBLA)
Ya tengo clara la visión de Dios.