
Hoy oro para que la Palabra de Dios cobre vida para mi y me traiga nueva revelación
Salmo 119:18 - "Abre mis ojos, para que vea las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas".
Revelación = Descubrir, sacar a la luz lo que antes estaba oculto o sólo se veía vagamente.
A lo largo de este ayuno hemos estado creyendo a Dios por un nuevo avance. El avance siempre comienza cuando la voz de Dios viene a nosotros.
Esto requiere perseguir a Dios y una respuesta celestial.
Salmo 29:5 "La voz del Señor parte los enormes cedros; el Señor hace pedazos los cedros del Líbano".
Su voz tiene el poder de romper cosas en tu vida.
El poder de las palabras tiene su origen en Dios. Dios creó todo lo visible y lo invisible con palabras. Pudo haber usado sus pensamientos o sus manos. Pero eligió hablar para crear todo.
Y Dios sigue hablando. No ha cambiado con el tiempo. Permanece fiel a las palabras que ya ha pronunciado... y también dice cosas nuevas y frescas.
El deseo de Dios de conectarse con nosotros es mayor que nuestro deseo de hablar con Él. No dejes que el enemigo te mienta diciendo que Dios no tiene nada que mostrarte, decirte o revelarte.
Quiere mostrarte cosas nuevas y darte visiones.
Quiere hablarte en un suave susurro.
Quiere mostrarte cosas a través de la creación.
Quiere resaltarte una palabra en las escrituras.
Quiere hablarte a través de la palabra predicada o cantada en adoración.
Se requiere humildad para escuchar la voz de Dios. Dios no siempre te gritará con cachetadas para obligarte a escucharle. Es más común que Dios te espere con paciencia para que le abras tu corazón y escuches. Que abras la Palabra y escuches.
La Palabra de Dios es lo que permanece firme en cada generación.
La Palabra tiene revelación fresca - cosas que Dios quiere mostrarte - diariamente.
"»Así que presten atención a cómo oyen. A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento; pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo que piensan que entienden»". - Lucas 8:18
Si te sientes estancado o no estás escuchando a Dios pregúntate: ¿he sido obediente a la última cosa que me dijo hacer?