
Hoy oro para que el Evangelio se extienda por toda la Ciudad de México
Salmo 22:27-28 - "Toda la tierra reconocerá al Señor y regresará a él; todas las familias de las naciones se inclinarán ante él. Pues el poder de la realeza pertenece al Señor; él gobierna a todas las naciones”.
Evangelio = El anuncio de que Jesús ha traído el reino de Dios a nuestro mundo a través de su vida, muerte y resurrección.
Hoy oramos por nuestros pueblos, ciudades, comunidades y nación.
Jeremías 29:7 dice: "Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad donde los envié al destierro. Pidan al Señor por la ciudad, porque del bienestar de la ciudad dependerá el bienestar de ustedes".
Dondequiera que Dios te haya colocado geográficamente - busca el bienestar de ese lugar al que Dios te ha enviado. Piensa en ti mismo como envíado por Dios para Su gloria allí. Porque es lo que eres.
Debemos ser intercesores por ese lugar al que hemos sido enviados. Ser un intercesor significa estar en la brecha, en la rotura.
A menudo podemos ver y hablamos de las brechas pero, ¿estamos dispuestos a pararnos en ella y poner todo lo que vemos en oración?
Cada creyente es llamado a ser un intercesor. Cuando oramos e intercedemos, Dios comienza a revelarnos cosas que antes no podíamos ver. Y si no estás seguro de qué orar, podrías hablar en lenguas, y si no has recibido este don, puedes pedírselo. Esto te permite ir mas allá de tu propia mente y orar conforme al corazón de Dios.
Comienza también a hablar y declarar la Palabra de Dios sobre nuestra ciudad. La Palabra es la semilla - una semilla que es incorruptible, que no puede ser detenida, sino que crece automáticamente, por sí misma. Hay poder cuando oramos la Palabra, y cuando sale Su Palabra siempre cumple su propósito.
Ahora mismo, la gente necesita consuelo. Necesitamos servir y amar a la gente y ofrecerles esperanza, pero más que nada, México necesita el Evangelio, la verdad sobre Jesús. Sólo el Evangelio de Cristo es poder de Dios para salvación.