Deja el Miedo Atrás
Lee Salmo 56:3-4, Isaías 41:10 y 1 Juan 4:18
El miedo es una de las primeras emociones que experimentamos y, por lo general, es algo con lo que seguimos lidiando a lo largo de la vida. Comienza con miedos simples y concretos: la oscuridad, las arañas, las alturas. Con el tiempo aprendemos a conquistarlos, pero en su lugar empiezan a aparecer miedos más abstractos, cosas como: miedo al fracaso, miedo a lo desconocido, miedo al rechazo.
El miedo es muy engañoso y suele ocurrir que, sin darnos cuenta, cambiamos nuestra forma de vivir para acomodarnos al miedo. A veces, incluso podemos convencernos de que es una forma de protección, un escudo contra posibles daños. Nos escondemos detrás de él, usándolo como excusa para evitar riesgos o situaciones incómodas. Formamos murallas alrededor de nuestro corazón para cuidarnos, pero lo que realmente estamos haciendo es encerrarnos.
Cuando permitimos que el miedo dicte nuestras acciones, limitamos los planes de Dios para nuestras vidas. En lugar de aprovechar las oportunidades que Él ha puesto ante nosotros, nos retiramos a la falsa seguridad de nuestros miedos. La verdad incómoda es que Jesús nos llama a tomar riesgos. Cuando sabemos que nuestra seguridad viene de Él, el miedo deja de ser quien toma las decisiones. ¿Será que durante este ayuno Dios te está llamando a ser vulnerable, a comprometerte, a dejar entrar a las personas, o a intentar algo nuevo? ¿Qué pasos podrías tomar para superar tus miedos?
¿Qué puedo hacer hoy?
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Pídele al Espíritu Santo que te revele cualquier temor que hayas aceptado en tu vida y entrégaselo.
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Pídele que te ayude a confiar en Dios, en su bondad y su amor.
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Pide valentía para abrazar lo que Él tiene para ti.
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Haz una lista de pasos concretos que puedes tomar y decide cuál de ellos tomarás hoy.
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Toma un paso de fe en contra del miedo hoy.