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Hoy oro por más de tu presencia

Éxodo 33:14 - "El Señor le respondió: —Yo mismo iré contigo, Moisés, y te daré descanso; todo te saldrá bien."

 

Presencia = La capacidad de Dios de estar "presente" con los seres humanos.

 

No sólo necesitamos el conocimiento de Dios. Ahora, más que nunca, necesitamos la presencia de Dios en nuestros días, en nuestros hogares, en nuestras relaciones, en nuestras iglesias, en nuestro trabajo y responsabilidades.

 

Como creyentes, ahí es donde tenemos que encontrarnos ahora mismo. En su presencia. Ahora hay mucha información, opiniones que llegan a nosotros. Hay muchas cosas de las que buscamos y anhelamos ganar entendimiento. Pero ahora mismo... más que nada... necesitamos muchos, muchos momentos en Su presencia.

 

No hay una búsqueda más vivificante en la que te puedas embarcar que en la búsqueda de la presencia de Dios.

 

En su presencia encontramos todas las cosas que nuestro espíritu, y nuestro mundo, anhelan. Cosas como consuelo, alegría, paz, libertad, avivamiento y sanidad. Nos vivifica. 

 

Dios ha estado presente desde el principio de los tiempos. A lo largo de toda la Biblia, desde Moisés y tabernáculo, hasta los discípulos en Pentecostés, leemos continuamente que Dios está presente, encontrándose con su pueblo de forma real y transformadora.

 

En el Antiguo Testamento, la santidad de Dios exigía una pureza absoluta si se quería entrar en su presencia. La presencia de Dios era tan poderosa que mató a los dos hijos de Aarón, el sumo sacerdote. Qué estresante es tener que vivir a la altura de ese nivel de pureza.

 

Es importante que se nos recuerde el peso de la presencia de Dios. Leemos una historia como esa y casi consideramos que se trata de un Dios diferente. Pero Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Su presencia sigue siendo así de poderosa.

 

Pero gracias a Jesús, ahora podemos presentarnos ante Dios y entrar en su presencia, a pesar de que no seamos tan santos o puros.

 

Jesús entró en los lugares santos por nosotros y aseguró un pasaje para que todos pudiéramos entrar en la presencia de Dios.

 

¿Recordamos el peso de poder entrar en la presencia de Dios? ¿Seguimos sintiendo temor y reverencia por su presencia?

 

Y por si fuera poco, con la muerte de Jesús, Dios pudo inundar la tierra con su presencia. Pentecostés marca el poderoso comienzo de un movimiento global del poder de la presencia de Dios que se extiende por la tierra, incluso en nosotros.

 

Cristo derrotó el poder del pecado y de la muerte, abrió el camino para que tú y yo seamos el nuevo templo de la santa y poderosa presencia de Dios. No sólo podemos entrar en la presencia de Dios, sino que, gracias al Espíritu Santo, ahora llevamos la presencia de Dios con nosotros.

 

Qué cosa tan hermosa - no solo nuestro pecado perdonado, sino la capacidad de disfrutar y vivir en la presencia de Dios. Estar haciendo cosas normales y cotidianas, disfrutando de la presencia de Dios. Tener la capacidad de disfrutar de la presencia de Dios mientras tendemos la ropa.

 

Así que ahora que se nos ha recordado el peso de la presencia de Dios, ¿qué tipo de respuesta requiere?

 

La humildad es lo que atrae la presencia de Dios. 

 

Hoy. Mañana. Y cada día. Seguimos llegando a Su presencia con honestidad. El no te encuentra en un lugar que no sea sincero. Así que, si estás tratando de buscarlo pero evitas algo, estás tratando de coser de nuevo el velo que Él tan amorosamente rompió en dos. 

 

Dile cómo te sientes. Abre los lugares de tu corazón que son demasiado vergonzosos o temerosos para dejarlos a la luz. Permite que Él inunde tus miedos con su amor implacable y experimenta la presencia que sólo la gracia puede ofrecer.

 

Hay muchas cosas que se mantienen conectadas en el Reino de Dios, y una de ellas es que podemos presentarnos con valentía al trono de la gracia, a la presencia de Dios. Pero también nos presentamos con humildad.

 

Con valentía y humildad. Sí, puedes hacer ambas cosas. Puedes relacionarte con Dios con audacia y humildad.

 

Santiago 4:10 (versión Amp) - "Humíllense [sintiéndose muy insignificantes] en la presencia del Señor, y Él los exaltará [los elevará y hará que sus vidas sean significativas]".

 

Oramos para que hoy seas más consciente de Su presencia. Tienes un recurso inagotable de alegría, fuerza, renovación y descanso fácilmente disponible para ti en Su presencia. Todo lo que necesitas y lo que tu alma anhela puede encontrarse allí. 


 

Salmo 139:5-10 "Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡es tan elevado que no puedo entenderlo! ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza".

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