top of page

Día 5 – Recibiendo claridad de visión

Se dice que el ayuno tiene muchos beneficios para el cuerpo: puede reducir la inflamación, mejorar el metabolismo e incluso favorecer la función de la visión.

 

Y aunque la ciencia aún vaya con paso lento en confirmar esto, nosotros sabemos que el ayuno —cuando se hace con el propósito de acercarnos a Dios— trae claridad de visión espiritual.

 

Durante este tiempo de ayuno, nuestra esperanza y expectativa es que estés recibiendo visión fresca y encuentros con Dios y con Su verdad. Él nos habla de muchas maneras, y algunas de ellas son:

 

  • A través de Su Palabra —la forma más clara y constante.

  • Por medio de otros creyentes, cuando ministran con los dones del Espíritu.

  • En sueños, visiones o palabras directas del Espíritu Santo.

  • O a veces, por medio de circunstancias que parecen alinearse y apuntar a lo Dios te está hablando.

 

Pablo escribió: “Ahora nuestro conocimiento es parcial e incompleto, ¡y aun el don de profecía revela solo una parte de todo el panorama!” (1 Corintios 13:9).

 

Cualquier revelación que recibas durante este ayuno probablemente no será la imagen completa, aunque sientas que estás viendo con más claridad. Por eso, es importante que pidamos sabiduría, examinar toda palabra profética y orar para que Dios confirme y aclare lo que nos ha mostrado.

 

  • Habacuc fue instruido a escribir la visión (Hab. 2:2-3).

  • Manoa pidió más dirección todavía (Jueces 13:8).

  • Gedeón buscó confirmación (Jueces 6:33-40).

  • Santiago nos anima a pedir sabiduría (Santiago 1:5).

  • Pablo nos enseña a probar las profecías, guardar lo bueno y desechar lo que no (1 Tes. 5:20-21).

  • Y en Proverbios encontramos repetidamente la importancia de buscar consejo sabio (1:5, 9:9, 11:14, 12:15, 13:1, 15:22, 15:31, 19:20, 24:6).

 

Sabiendo que el mejor consejo sabio siempre será el del Señor mismo: “Confía en el Señor con todo tu corazón y no dependas de tu propio entendimiento; busca Su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar.” (Proverbios 3:5-6, NTV)

Los sueños y visiones son promesas dadas a la Iglesia como parte de la obra del Espíritu Santo (Hechos 2:17-18). Cuando ayunamos y lo buscamos con todo el corazón, confiamos en que Él nos mostrará nuevas y frescas revelaciones.

 

Hoy, al orar, pídele a Dios una revelación fresca: para ti, para tu familia o para tu ministerio. Escríbela y luego pídele claridad y confirmación. Tómate tiempo para conversar con cristianos sabios acerca de lo que has sentido.

 

Puedes orar usando los siguientes pasajes sobre el tema de la revelación: Jeremías 33:3; Juan 16:13; Isaías 43:18–19; 1 Corintios 2:10; Daniel 2:22; Mateo 7:7.

 

También puedes usar tu propia lectura bíblica mientras oras y buscas que Dios te dé visión y claridad para los próximos pasos.

 

Prepárate para esperar —algunas promesas toman años o incluso generaciones en cumplirse— pero también vive con expectativa. Dios sigue obrando.

  • Facebook - círculo blanco
  • Instagram - Círculo Blanco
  • YouTube - círculo blanco
bottom of page